El domingo cumplí 31. Sabía que iba a ser un año importante, pero desconocía la de enseñanzas que traerían consigo estos últimos doce meses. Para dar comienzo a esta nueva etapa quiero dejar por escrito las 30 cosas más importantes que aprendí a los 30:
- “Todo comienzo es inesperado”, ya lo escribió Pessoa.
- Lanzarse a la piscina, aún no sabiendo si hay agua, es de valientes.
- Lo material no alimenta el alma.
- Querer que los demás actúen como tú lo harías es un error.
- Fuera horóscopos. Las decisiones son las que marcan tu destino.
- Quien bien te quiere te animará a que vivas asumiendo riesgos.
- La vida es finita.
- La clave está en trabajar para vivir, no en vivir para trabajar.
- No es inteligente fustigarse con defectos.
- Sólo depende de mí estar bien.
- Saber recibir ayuda es mi asignatura pendiente.
- Necesito tomarme en serio el deporte.
- Le debo un té a Marie Kondo y su magia del orden.
- Los viernes de series, sofá y pizza siempre estarán en mi top 5.
- Si te lo propones, se puede reinventar cada día una relación de más de una década.
- Salir de la zona de confort por la puerta grande es duro, pero sabe muy bien.
- Las quejas no llevan a ningún lugar.
- El amor que te brindan los animales es incondicional.
- Los horizontes de ladrillo no son para mí.
- Por más que me preocupe, lo que ha de suceder, sucederá.
- Hay muchas formas de vivir la maternidad.
- Tengo más paciencia de la que creía.
- Debo dedicarle más tiempo a aquello que me gusta.
- Se puede escuchar hasta la saciedad “Sirena vuelve al mar” de Héroes del Silencio.
- Las vidas no son tan perfectas como refleja Instagram.
- Mi mejor guía es la intuición.
- Cambiar de ciudad es el primer paso para mudar la piel.
- Los grandes cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida.
- El mar lo cura todo.
- Los 31 serán un año (aún) mejor porque sólo depende de mí que así sea.
Nueva edad. Nueva ciudad. Nueva casa. Nueva web.
El año del cambio seguro que me tiene reservadas muchas aventuras que compartir por aquí.
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