25/1/17
Las profesiones creativas demandan que los espacios se adapten a los procesos creativos que se van a desarrollar dentro de ellos. Deben ser lugares vibrantes, flexibles, inspiradores y capaces de favorecer que la creatividad fluya e invada cada centímetro cuadrado. La explosión de Internet, la globalización, la democratización del acceso a la información o la revalorización de lo amateur son algunas de las causas que se pueden identificar en la deriva hacia la autonomía del trabajo que desde hace años se vive en ámbitos como el diseño y la comunicación. De ahí que en apenas unos años hayan surgido espacios de coworking que actúan como puntos de encuentro que refuerzan vínculos entre profesionales.
Utopic_us es uno de los espacios pioneros de coworking que se abrieron en Madrid. A las sedes de las calles Colegiata y Duque de Rivas sumaron en el mes de julio un nuevo espacio en Conde Casal diseñado por Izaskun Chinchilla. El proyecto rinde homenaje a dos ciudades a las que la mayoría de personas quieren viajar en algún momento de su vida: Nueva York y Tokyo. Por un lado, Nueva York forma parte del imaginario colectivo por las mil y una referencias cinematográficas que conservan nuestras retinas, mientras que Tokyo está relacionada con el avance tecnológico y la innovación. Chinchilla y su equipo ha trasladado este concepto a Madrid diseñando un equipamiento versátil y con mucho carácter. La clave ha estado en el juego entre texturas (cerámicas, papeles, telas…) y la apuesta por una paleta de colores brillante y entusiasta.
Quienes hemos trabajado algunas temporadas desde casa sabemos lo necesarios que son los lugares ideados para compartir ideas y activar el trabajo colaborativo. Si además tienen un diseño de interiores tan fresco, colorido, original y repleto de inspiración como este coworking, ¡mejor que mejor!
Fotografías: Izaskun Chinchilla
31/10/16
La primera vez que me invitaron a una fiesta de Halloween fue recién aterrizada en la universidad. Hasta ese momento, nunca había oído que el 31 de octubre se celebraba en España como lo hacían en las series americanas que veía en La 2. Imagino que ésta fue una de las “brechas” propias del entorno rural, mientras los niños urbanitas de mi generación se disfrazaban de zombies, los de los pueblos acompañábamos a nuestras madres y abuelas en el día grande de los cementerios.
Después de disfrazarme esa primera vez con lo primero que pillé en casa, no he vuelto a caracterizarme de ningún espíritu o personaje terrorífico. De hecho, no decidí añadir esta fecha a mi listado de celebraciones hasta el día en el que el timbre de mi casa sonó y, tras un susto de muerte, abrí la puerta y me encontré con una decena de niños suplicándome en silencio su ración de dulce. Desde ese día, hace ya cinco años, siempre dejo preparado el cuenco de gominolas, preparo una cena especial y veo “Pesadilla antes de Navidad” bajo una manta en el sofá.
Este año casi todas las fechas señaladas están siendo diferentes porque las estoy viviendo con nuevas rutinas. Así que Halloween no podía ser de otra forma, por eso ayer aproveché para pintar una calabaza del huerto y recoger unas cuantas hojas que me han servido para hacer un pequeño centro de mesa decorativo. Es muy sencillito, pero en esta casa a todos nos gusta (incluidas las dos fieras gatunas) porque nos recuerda lo bien que nos sienta estar rodeados de naturaleza.
¿Y tú, cómo celebras la noche más terrorífica del año?
13/7/16
Un día como hoy, 13 de julio de 1954, a los 47 años de edad, moría en su ciudad natal (Coyoacán, México) Frida Kahlo, la artista, la poeta, el símbolo, una de las mujeres que más admiro 💛
Había organizado el día para sacar un ratito para el blog y, destino mediante, me he topado con esta efeméride. Así que en homenaje a Frida dedicaré estas líneas a visitar el lugar en el que sufrió, amó, dibujó, escribió: la Casa Azul. Era el espacio al que siempre regresaba, no obstante, sus paredes fueron testigos de su nacimiento y muerte, ¿acaso hay algo más íntimo que el momento de venir y abandonar el mundo? Ubicada en la calle de Londres 247, en uno de los barrios más bellos y antiguos de la Ciudad de México, la Casa Azul fue convertida en museo en 1958, cuatro años después de la muerte de la pintora. Dicen quienes han tenido el privilegio de visitarla (ojalá pudiera pisar sus suelos algún día) que a pesar de ser un espacio turístico, aún conserva un aura especial que hace pensar que en La Casa Azul no solamente se quedaron sus objetos, sino la esencia de la artista.
En La Casa Azul el hogar se vertebra en torno al patio. En él, Frida conservaba una vegetación muy rica, principalmente de árboles frutales, la cual tiene una gran presencia en sus cuadros. La naturaleza como icono de lo efímero de la vida. De hecho, una de sus frases más icónicas es “Pinto flores para que así no mueran”. Diego Rivera amaba el arte prehispánico y muestra de esta querencia es la decoración de los jardines donde se pueden encontrar piezas del arte popular realmente valiosas.
Los colores no sólo están presentes en sus obras, también en su casa. La cocina es bellísima, típica construcción mexicana en la que cuelgan ollas de barro y cazuelas de sus paredes. Tanto Diego como Frida disfrutaban abriendo las puertas de su casa para agasajar a sus invitados con platos de la cocina mexicana y popular. Personalmente, me encanta el detalle de sus nombres escritos con caracolas del mar.
El estudio de Frida se mantiene tal y como ella lo dejó. Conserva sus pinceles, los pigmentos con los que aportaba colorido a sus cuadros, su caballete y su silla de ruedas. Este anexo de la casa se construyó años después por petición expresa de Diego Rivera, quien quería que su mujer disfrutara de un taller que exprimiera al máximo la luz. Los materiales utilizados fueron los propios de esta zona del país mexicano: piedra volcánica y basalto. Para la decoración, una vez más optaron por llenar las paredes de caracolas y por utilizar objetos de su amplia colección de arte popular mexicano. André Breton, Tina Modotti, Edward Weston, León Trotsky, Juan O´Gorman, Carlos Pellicer, José Clemente Orozco, Isamu Noguchi, Nickolas Muray o Sergei Eisenstein fueron algunas de las personas que pudieron visitar a Frida en su taller mientras ella expresaba en los lienzos sus vivencias y sentimientos.
Si hay un lugar realmente especial en La Casa Azul es su habitación. Creo que lo primero que supe de Frida siendo bien pequeña fue que, tras el grave accidente que sufrió en un autobús, su madre le puso un espejo en el techo de su cama para que pudiera verse y retratarse en los más de nueve meses que estuvo postrada. ¡Debió sufrir tanto en este espacio en el que pasó horas dibujando, tratando de recuperarse de las más de 35 operaciones! Me parece increíble que en unos pocos metros convivan objetos del dolor -como sus corsés y muletas-, con otros como sus batines, tocados de flores, gafas de sol o lacas de uñas, que muestran su coquetería.
Creo que nunca me cansaría de ver con detalle cada una de las fotos, postales, bocetos, cuadros o ropas que pertenecen a Kahlo. Hay algo que la envuelve que me parece mágico, aunque no sepa muy bien qué es.
Fuente de las fotografías: Belén Imaz | Revista AD
10/1/16
Aún no me he sentado a escribir en serio los propósitos para este 2016 (algo me dice que se parecerán bastante a los del año pasado), pero sin duda entre ellos estará el dedicarle más tiempo a este blog. Así que aún con la resaca de estas fiestas y el subidón por la llegada de los Magos de Oriente, comienzo esta nueva etapa con una entrada sobre interiorismo.
19/8/15
Cuando vi la fotografía de la habitación de Morgan y Andrew, una pareja que vive en Atlanta, sabía que la decoración de su casa tenía ese toque boho que me gusta tanto. Paredes blancas, mucha luz, tonos tierra, pinceladas verdes provenientes de las plantas de interior, textiles étnicos, muebles con historia y fotografías cuidadosamente escogidas.
Las declaraciones que acompañan el reportaje sobre este apartamento en Design Sponge revelan un tema que me parece muy interesante y es cómo hacer de un piso de alquiler nuestro hogar. Somos muchos los que rentamos una casa y nos encontramos en esta diatriba constante: ¿invertiré en la decoración de esta casa que no es mía? ¿merece la pena gastar nuestro dinero en un lugar de tránsito? ¿y si nos mudamos, qué hacemos con todo esto? ¿y si finalmente nos quedamos años en la misma casa, no nos merecemos hacer de ella nuestro refugio personal?
La lógica dice que si pensamos en el presente, ese que mencionaba en el último post, deberíamos dejarnos de “y si” y sentir que la casa que habitamos es nuestro hogar. Peeeero en esta vida nómada que vivimos y en un país en el que el arrendamiento aún no se cuida lo suficiente ocurre que nos sigue costando mucho romper esa barrera. Yo soy la primera que no termino de asimilar que la casa donde llevo ya casi 8 años (¡dos cuatrienios!) sea mi hogar. Lo es porque lo habito con mi familia, pero no termina de serlo porque siempre me acaba echando para atrás la sensación de “estar de paso”. ¿Le acompaña a alguien más este sentimiento?
Fuente de las fotografías: Design Sponge
25/5/15
Buscando un ejemplo que reflejara la magia de la decoración, me topé con la remodelación de una habitación en el blog Avenue Lifestyle. El resultado demuestra cómo podemos aportar luminosidad a una habitación jugando con la pintura (el blanco nunca falla), los acabados y los elementos decorativos (la ropa de cama en tonos grises, la composición de cuadros, el vestidor a la vista, las lámparas…).
No se le puede pedir más, con muy poco Holly ha conseguido rescatar una habitación que no utilizaba para convertirla en un dormitorio que emana tranquilidad. ¿Qué os parece?
11/5/15
7/5/15
La planta inferior alberga la zona noble de la vivienda (hall, sala de estar, cocina, habitación de los niños y baño), mientras que la planta superior se plantea como un espacio más íntimo reservado para la habitación suite de los padres y estudio.


Toda la carpintería de la casa se ha conservado, al igual que el suelo hidráulico, lo cual hace que se mantenga aún más el espíritu de las viviendas condales. Si algo me gusta de los pisos con solera de Barcelona son sus suelos y la amplitud de los espacios.

¿Os estáis visualizando como yo disfrutando de esta vivienda en pleno centro de Barcelona y bajo la luz mediterránea? A mí no me importaría hacer buen uso de las terrazas 🙂
29/4/15
Fuente de las fotografías: Intimate Weddings
9/12/14
Siempre he querido tener una librería café cuca en la que poder disfrutar cocinando, sirviendo y leyendo a escondidas fragmentos de mis libros favoritos. Por eso, cuando voy a una ciudad que no conozco, siempre busco estos rincones para fantasear cómo sería abrir cada día la puerta del local para recibir a los vecinos.
En este post me voy a permitir esa licencia trasladándome a Holanda. La cafetería 1OR2 Café es la elegida para dar rienda suelta a mi imaginación. Este diseño de Norm Arquitects & April and May está inspirado en el estilo escandinavo, pero también recoge ciertos toques japoneses. Hay quienes creen que decoraciones como ésta, en la que prima el blanco combinado con el mobiliario en madera clara, pueden resultar frías y poco acogedoras para los clientes. A mí me gusta mucho precisamente porque creo que la barrera entre hogar y local comercial no está tan clara, lo que hace que resulte fácil llegar a sentirte como en casa.



Tomarte un chocolate o un delicioso té en una cafetería como 1OR2 Café supone extender los muros de tu casa y disfrutar de una estancia como las que tanto pineamos en Pinterest y que nos tienen enamoradas, ¿no creéis?