Hay días en los que una lo único que espera es que llueva. Como si los fenómenos meteorológicos se pudieran programar como se programa el horno. O la alarma. O los tweets. Haberme criado en el norte, donde en un mismo día puede llover, tronar y hacer sol, puede que me haya hecho ansiar una sincronización anímica-atmosférica. También es muy probable que la creciente personalización que trae consigo la tecnología me haya hecho mucho daño. ¿Cómo puede ser que Spotify tenga listas para estados de ánimo que no sabía que existieran?
Últimamente pienso que si hubiese tenido el valor de continuar con un doctorado ahora mismo haría la tesis acerca de la posibilidad real de comunicación a través de emoticonos, o en mi caso, gifs. Creo fervientemente que existe una imagen animada para todo aquello que necesito expresar a los demás. Bien sean necesidades primarias, sentimientos o esos gags humorísticos que adornan la vida. Todo cabe en una sucesión cronológica de imágenes, aunque la mayoría de teóricos que tuve que leer en la carrera me tirarían a la hoguera por realizar esta afirmación.
Esta semana comenzó complicada y he pensado mucho en lo difícil que debe ser afrontar determinadas situaciones, como podría ser el duelo por la pérdida o separación, en una era en la que estamos tan acostumbrados a proyectarnos más allá de la esfera física. Cómo realizar esa transición de emociones en, por ejemplo, dos imágenes sucesivas de Instagram. Nos han enseñado a mostrar lo idílico de nuestras vidas, pero aún cuando no sabemos manejar el dolor en lo terrenal, nos topamos con el reto de hacerlo en lo digital. Dónde quedan las fotos de parejas que ya no son, de personas que ya no están o de mascotas que ya no nos sorprenden con sus lametazos.
El único consuelo es que la velocidad de escape, esa velocidad mínima con la que debe lanzarse un cuerpo para que huya de la atracción gravitatoria de la Tierra, cada vez tiende más a cero. De modo que el día que entendamos que todo es efímero habremos descubierto (por fin) la fórmula de la felicidad.
Aviso a navegantes: este post no es más que una concatenación de reflexiones escritas con el pretexto de mostrar mi admiración por las ilustraciones animadas de Thoka Maer ♡
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